¿Dios Mio que esta pasando? |
El hombre de la camisa roja en la revolución no tiene camisa, siempre lleva una roja, es la única que calza y viste, con ella camina, suda, babea y también jala bola.
Todos los días se viste con su tela desgastada, exprimida y desmoralizada, ya parece el trapo rojo de la calavera pintada, su sueño tampoco es feliz, desandan como andan los muertos en pena y gritan como lloran los hombres cuando ya no tienen nada.
Las mujeres y hombres de la camisa feliz de la revolución dan vergüenza y pena, se les ve contento cobrando apenas, llevando en el alma un dolor de verija que en proceso los condena.
¿Cómo pueden vivir vestidos de rojo desayunando, almorzando y cenando piedras? Habitan entre una pelazón de hambre y una carencia que todo mal almacena, viviendo y muriendo soñando con una convicción que no se espera.
El único hombre de la camisa feliz se llama Diosdado Cabello, ese si que vive comiendo de todo, gordo, bailando, cogiendo y viajando como el rey de Venezuela.
Los demás que sigan comiendo piedras, vistiendo harapos rojos y esclavos de la revolución atados de sendas cadenas, rodillas en tierra y muriendo en su absurda trinchera.
Que malo son los chavistas esperando lo que no se espera, acuclillados, penando dolores y rodillas en tierra.
Que sigan así de vagabundos, auto destruyéndose y chupando mamón y enroscados como cueimas y culebras.