Los gritos de Diosdado
son los de una bestia desesperada, extraviada en la densidad sofocante de una
montaña en erupción volcánica.…
Eliad Jhosué
Villarroel
Los gritos que
ofrece Diosdado a sus seguidores cansados, hambrientos, engañados, macilentos,
esperanzados y enloquecidos: son como cántaro roto, como eco distorsionado,
como berrido de cabras extraviadas o más cercanos a los de una mujer rabiosa,
rencillosa, chismosa y “arbolaria”.
Señalado según
como presunto narcotraficante y jefe del cartel de los Soles es un hombre de
baja estopa social, su mente es un hervidero de hormigas rojas y de su boca
solo destila aparatosamente hiel y veneno.
Cuando está
parado frente a sus seguidores, ahora confundidos, temerosos, cansados y
hambrientos, solamente atisba a gritar, a desacreditar en manera alarmante,
cruel e injuriosa y a continuar despertando un odio profundo e incurable en el
tan dividido chavismo, convertido actual en Diodistas, Maduristas y Rodriguistas,
los cuales conforman un bloque de arena por el PSUV, los vergatarios del
descaro del PPT, los tírame algo del MEP, los paramilitares salvaguarda del
confusionismo del UVCH y del colectivo
armado, los Tupamaro de la muerte, los Padrinistas políticos de la FANB, los
OLP del exterminio en masa que disparan primero y preguntan después, los Guardianes
Nacionales Bolivarianos del socialismo corrupto, los gallitos rojos engañados y
engañando, el Tesejodanse, el Clan o Clap del hambre, el Cnepesuvista y de la defensoría
de la nada.
No entiendo como televisoras decentes y serias como Televen, Venevisión, Globovisión y otras que aquí no nombro por no perjudicarlas, emiten a este individuo durante minutos, el cual desesperado intenta mantener su estatus o la cuota de poder adjudicado a su persona por estar incurso en una política que no funciona. Cabellos descabellado y cruel sigue alimentado el suelo de un árbol ya mustio con su poca saliva, es de temer tal locura tan inmersa en la pobreza de un espíritu atormentado y lejos de razonar en manera trasparente y tolerante. Es ilógico como lo trata hoy la presente AN, un hombre que cuando operó presidiendo la misma, humilló hasta en la saciedad más vil a la bancada opositora, incluso los exilió políticamente del parlamento, los mancilló y amordazó a un silencio inhóspito, los despidió injustamente (Caso el de María Corina Machado), les embargado el sueldo, los regaño como a niños y además los trató como piltrafas humanas.
El 50 % de La
muchedumbre que va a sus mítines son obligadas, el 20 % por agradecimiento al
desaparecido Hugo Chávez Frías y el resto son pagas. Entre el enjambre de los
desesperados asistentes a cada acto que invita el aludido, la mayoría están
compuesto por cubanos, militares y residentes del PSUV, sin embargo, más del 80
% del público asistente son chavistas frustrados y su descontento es gradual, además
están despertando paulatinos de un sueño que los quema y devora a un final
desastroso.
Me da pena cada
uno de las personas que van a vitorear, aplaudir y a gloriar a tan nefando
personaje venezolano, el tal sin fama, sin seguidores honestos y sin nadie a su
entorno que no sea comprado con dinero, amenazas y regalitos, está solo,
rodeado por la miseria que ha creado durante más de 15 años en Venezuela, su
fuerza radica elementalmente en el poder político, el cual ha defraudado
durante años; con él poderío adquirido a causa de su cruda actividad militante,
ha usado el oportunismo, el tráfico de influencia, el rompimiento de las leyes
y de la constitución venezolana, ha aprovechado cada ocasión para causar
estragos en la sociedad venezolana y la destrucción obsesiva de los que
adversan a tan maltrecha política socialista. Diosdado Cabellos es un caos, su programa
“Mazo y Dando” tal nombre supuesto a tal programación televisada es veleidosa, ha
emitido sin cesar sus constantes amenazas, desacredito, injurias, chismes y
calumnia, ha dejado un montón de testimonio en video televisado cuyos han demostrado
de que saco esta remendado el fulano. Que más se le puede atribuir a un figurín
sin educación, es un hombre frívolo, calculador y de mente estrecha, soluble
bajo el fragor de lo más bajo, oscuro, insocial, decadente y perverso, sin
leyes, religiones, protocolos, afines, profesionalismo o cultura; es un
mastuerzo que va hundiéndose cada día a su autodestrucción insustancial.
Cuando se canse
de gritar ya no tendrá voz, palabras, trápalas, ademanes, gesticulaciones y a su
diestra un pueblo que engañado por sus embustes fraudulentos le dará la espalda
y no habrá ni tan siquiera un familiar que le consuele a menos que tenga
dólares en su bolsillo. Solo e ignoto, quizás morirá de viejo esperando con fe
en el pueblo que hoy golpea con saña, que alguien caritativo algún día le lleve
un ramo de flores a su abandonada tumba, le rece un Padre Nuestro, dos Ave
María y le conceda un perdón humanitario a sus huesos, obviamente, mientras esa
oportunidad le llegue, millones le arrojaran a su triste y destartalada lápida:
estiércol fresco, espinas, piedras y botellas.
Diosdado Cabellos
sabe que se le acaba su tiempo, está agotado de repetir lo mismo como un loro
viejo, entiende que su fin esta presto, sujeto a sus tobillos y colgando de sus
ojos fútiles y muertos.
Adiós a Diosdado
Cabellos, sus palabras ya no inquietan, no matan, ni dan frío o calor, su
carisma de hombre ha fallecido, se ha ultimado a sí mismo, se ha convertido en
su propia víctima, cuando se acerca a un espejo solamente ve a un cadáver maloliente
y decrépito aun respirando.
¡Ah! Todavía
tiene tiempo de redimirse, triturándose el mismo la cabeza con el mazo que
tanto masturba en su programa de chismografías.