2 octubre, 2017
“Que Viva España” La vida tiene otro Sabor. Y España es lo Mejor. ¡Que España es la Mejor!”Manolo Escobar
En ocasiones los que procedemos de otros lares vemos las realidades de España con otros ojos. En efecto, nos cuesta entender las razones que mueven a sus ciudadanos a denostar contra la institucionalidad, a cuestionar lo difícilmente obtenido, a intentar echar por la borda los esfuerzos que un conjunto de hombres y mujeres realizaron para construir un país moderno, democrático, seguro, y, a veces, envidiable. Ciertamente se olvida que después de un muy largo proceso fratricida y de años de oscuridad y retroceso, España viene siendo otra. Sus dirigentes de uno otro signo y color dejaron de lado las rivalidades sempiternas para sentarse a dialogar y obtener un consenso acerca del país que todos querían. No fue fácil el proceso de ajuste político y, en especial, afinar la administración territorial para conciliar las inevitables y bienvenidas diferencias entre regiones con características propias, pero con una identidad común.
Superado el terrible y sangriento episodio que significó el independentismo vasco, que dio origen a la cruel banda de la ETA y dejó a su paso un innúmero de españoles muertos, hoy España enfrenta otro riesgo secesionista, esta vez, en la siempre díscola Cataluña. Afortunadamente un significativo número de catalanes maduros y sensatos repudian el referéndum convocado por unos gobernantes y unos dirigentes políticos – sin sentido histórico – que desean, a troche y moche, escindir el reino y expulsar a los invasores españoles.
Profunda razón tiene Savater – protagonista y testigo del doloroso proceso que vivió y sufrió su querida Euskadi -, el filósofo refiriéndose a Cataluña expresa: “Si un referéndum en que unos se eligen a sí mismos para repartirse lo que es de todos (sin invitar a los demás) puede pasar por democrático es por falta de educación. Y los maleducados no son especialmente ese tercio de jóvenes que no acaba los estudios ni se forma profesionalmente (la juventud “robusta y engañada” de Quevedo), sino los que tienen carrera y hasta doctorado, pero como si nada”.
Y los maleducados no están solos en las filas de la resistencia catalana, el separatismo cuenta con el interesado apoyo de El Robusto Guasón bolivariano, quien – micrófono en mano -, se declara catalanista, es decir, Maduro Catalán y nunca catalán maduro, porque la madurez la porta sólo en el apellido.
Como es habitual en sus inmaduras alocuciones arremete contra España y contra Marianito, haciendo gala de sus cubanas dotes para el insulto, la burla y el desprecio por el contrincante: sus armas políticas favoritas.
El deslenguado habla y habla, acusa y acusa, ofende y ofende a los gobernantes españoles que – revestidos de dignidad, solidaria y fraternalmente -, reclaman un mejor destino para los sufridos súbditos bolivarianos sometidos a las tropelías, abusos e injusticias de un hablachento y depredador socialismo del siglo XXI.