sábado, 26 de mayo de 2018

LA BANDA SANGRIENTA DE LOS OLP





La lucha obstinada diaria por la locha ha atrapado al venezolano entre un círculo de desesperanza a través de una zozobra interminable conducida por el terror del hambre. Este problema que no logra solventar el régimen ha conllevado al venezolanismo a olvidar su otra penuria y ha pasado a un plano casi olvidado, es el de la seguridad policial y militar. Tantas cosas malas han sucedido con negligencia en el proceso de cambio de seguridad social prometido por la revolución madurista, que todos los cuerpos policiales y militares han pasado de amigos de la sociedad a ser encarnizados enemigos de la misma, son vistos con terror por las comunidades venezolanas. 

Desde que fue creada la OLP, un cuerpo integrado por todos los cuerpos policiales y militares del país la cosa justiciera empeoró y marchitó todo tipo de esperanza contra la corrupción y la delincuencia organizada. La fuerza polimilitar se convirtió en un gran campo de crímenes dantescos cuyos proveyeron la masiva violación de los derechos humanos. En las primeras refriegas sangrientas cayeron miles de inocentes, reventados sin piedad a patadas, golpes, palos, torturas y a plomo limpio. En el cuerpo integrado hay personas sedientas de sangre, enfermos e infiltrados con licencia para matar, no hay piedad en los corazones de los justicieros injustos que nacieron del gobierno para asesinar a sangre fría y sin remordimientos, capacitados y adiestrados con la ideología castrista y su tiro de gracia embistieron a la sociedad para contribuir con la crisis que la acordona a su más triste condición inhumana.


LA OLP es un cuerpo enyuntado usados para los fines prácticos de la ideología castro Maduro en Venezuela, efectuar persecuciones políticas y también utilizados como anti motines para reprimir con todos los hierros en conjunto con el colectivo armado, los hechos del 2017 lo confirman y el caso reciente de Oscar Pérez lo corroboran. La OLP ha efectuado cientos de allanamientos a moradas privadas, no importando si hay niños o ancianos. En las allanamientos ejecutados sin permiso legal accionan las armas: plomo, humo, pólvora, lagrimas, sudor, sangre y muerte, entran como les da la gana, tumbando puertas, agujereando carnes y reventando muelas y costillas, no les importa la propiedad privada o la tranquilidad de un seno familiar para entrar a sus aposentos, causar dolor y luto y lo peor es que si persona alguna atina a defenderse de la violación, lo hacen pedazos. 

Para cometer sus atropellos y actos usan disfraces terroríficos, antifaces, pasamontañas, paños verdes y negros, máscaras de horribles calaveras y de otras que atemorizan al más pintado, además usan armamento bélico de alto calibre.

En las refriegas sanguinolentas los agentes se aprovechan para hurtar objetos de valor los cuales pertenecen a sus víctimas. Para recuperar lo extraído o robado se hace imposible gracias a veces del conchabamiento de los fiscales del caso, los cuales se encargan de limpiar la labor criminal de los agentes de la OLP. 

Nota: La justicia también existe para ellos, son humanos y también tienen familia e hijos que alimentar. 

A continuación detallada una de las operaciones de este cuerpo poli militar y sus acciones imperdonables. 

ALLANAMIENTO SANGRIENTO EN EL VALLE DE CARACAS.
Redacción El Político


La Policía Nacional Bolivariana de Venezuela irrumpió una casa en El Valle, una localidad caraqueña junto a otros cincos uniformados, mientras que Alex Yomar Vega estaba con su esposa en hijo de 10 años de edad; informó Vega.

“Cuando entraron me preguntan que si no sabía qué era una OLP y mandaron a callar a mi hija, que empezó a llorar del susto. A ella la tomaron por el cabello junto con mi esposa y a mí me sacaron en ropa interior, nos montaron en una patrulla hasta San Bernardino -otra localidad de la ciudad-, luego hasta la comisaría de El Valle y mi hijo estaba en su cuarto durmiendo”, indicó Vega.

Relató que los seis policías buscaron a su hijo Alex Johan Vega, de 16 años de edad, lo obligaron a vestirse y a sentarse en un sillón de la sala, y después le dieron un disparo en el pecho. Según la PNB, el adolescente estaba implicado en un robo y era conocido como Cara de Ratón. “Simularon un enfrentamiento y decían que mi hijo estaba implicado en un robo, que pertenecía a una banda, le ponen un apodo. Eso es mentira, en el barrio toda la vida lo llamaban por sus dos nombres y él tuvo que dejar el liceo porque le nació una hija hace dos meses. Trabajaba como repartidor de artículos de limpieza para poder mantenerla”, manifestó en El Nacional Web

El adolescente fue trasladado al hospital de Coche por los funcionarios, pero ingresó muerto. Vega dijo que luego del velorio denunciará el caso ante la Fiscalía: “Pueden interrogarme, no tengo miedo porque me mataron a mi único hijo varón, a mi orgullo”.

Aseguró que los agentes se llevaron una computadora Canaima (donada por el Gobierno revolucionario), una tableta, un reloj, cuatro kilos de azúcar y cuatro kilos de harina que estaban escondidos en una maleta. Además, indicó que los policías metieron su celular en el congelador y regresaron para buscar el casquillo de la bala que le dispararon a su hijo, pero la familia lo había encontrado minutos antes.

Señaló que su hija se encuentra en estado de shock por el susto, las cinco horas dentro de la patrulla y haber presenciado parte del hecho. Lamentó que su nieta no conocerá a su padre.











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