sábado, 30 de septiembre de 2017

INFIERNO DE HAMBRE, PODER Y MUERTE

Niña Venezolana en Revolución hurgando en la Basura buscando alimentos para comer

CUANTO FUE MEJOR
Eliad Jhosué

Cuanto fue mejor pensar en un país revolucionado por una revolución sin pies ni cabeza donde la ansiedad del amor condujera a olvidar las penas, sin embargo, las concesiones que recibí de su ideología fue el golpe del hambre, rompiendo a latigazos las carnes y la división fue parte de una inclusión inesperada. Los de allá se devoraron cada cartílago oceánico, se dieron el lujo de usar un mazo y dando en cada lomo para reventarlo sin piedad, hicieron de los días una lluvia copiosa e incesante, crearon afanados una tormenta que arrasó toda esperanza y cuya apagó la luz de la conciencia, el ojo diurno fue atrapado por sus palabras de fuego y todo quedó incinerado, hecho un basurero imperdible.

Cuanto fue mejor abrocharme las incidencias de un pasado que no vuelve, he intentado como hombre pensar que está pasando, pero el pensar es como un río turbulento que todo revuelve, nada bueno inspira tan siquiera para digerir con ganas, ya ni hambre queda en las paredes estomacales, hay polvo en su cavidad, una ulcera dolorosa se engulle ligero todo sentimiento de vivir, el agua no calma la sed y un espantoso dolor hace sangre en las venas adelgazadas de tanto llorar desconsuelos.

Cuanto fue mejor devolver a tiempo aquella pedrada, sin embargo, no estoy en solitario, ellos, los de allá han perdido la esperanza más que los cuerpos oscilante de los oponentes, ellos comen a diario lo que siembran, sus vísceras están más delgadas y moribundas, viven ingiriendo el veneno de su cosecha, van muriendo paulatinos, eso se sabe, más les encanta vivir arrodillados, empanzados con mentiras y con una ansiedad que los enorgullece de pertenecer a un mundo que ni ellos mismos conocen, tienen las paredes estomacales llenas de agua oscura, peor, se están ahogando de adentro hacia afuera.

Cuanto mejor fuera si esa guerrita estúpida, salvaje, agorera y sin dueño dejara de ser para darle paso a una ciudadanía conversa, de palabra, con hechos, seria, responsable y dadora de bienestar.

Pero al mirar por la ventana solo contemplo adolorido más destrucción indetenible, desde mi patio puedo percibir una destrucción repentina. ¡Huele a azufre! como lo gritaba el fracasado de Chávez al referirse a su ansiedad de joder al mundo, ¡Huele a azufre! hoy desde Miraflores hacia toda Venezuela, NOS ESTAMOS QUEMANDO y no nos damos cuenta. Todos…


Solamente deseo salir de este infierno de hambre, poder y muerte.

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