El revocatorio lo agarró maduro, lo cortó en trocitos muy pequeños, lo aliñó con venganza, lo arrojó agresivo a una olla de presión, lo cocinó a fuego abrasivo, luego lo dejó reposar y después echándole en porciones en bandejas de plata le envió su parte al PSUV, al CNE, al TSJ, A cada uno de los Ministerios, a los Alcaldes y Gobernadores Maduristas, a los Militares, al SEBIN, Al CICPC, a la GNB, a la FANB, a la Fiscalía Nacional y no dejo atrás al Colectivo asesino armado quien también recibió una gran porción del estofado.
La orden del banquete Madurista era morder la carne, tendones y huesos con ganas, desgarrar con ira, triturar con indiferencia, tragar con furia y luego todo eso unido en el estómago digerir con odio desmesurado, con la operación de evacuarlo en gran estruendo y con densa pudrición sobre el pueblo venezolano.
Esta gente hace creer que están haciendo el bien. Que sigan creyendo y haciéndose creer, que tempranito van a llegar donde llegó Pavín.
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