“Unamos esfuerzos: partidos políticos, exiliados, encarcelados
sin causa, independientes, ONG, asociaciones civiles, cuerpos policiales,
militares, a los chavistas que quedan, a los que son forzados a ser Maduristas
y a todos los venezolanos que sufren de esta tormenta inoficiosa, estrechemos
las manos con solidaridad para invocar a un nuevo día de sol y que brille la
esperanza y la riqueza” …
Eliad Jhosué Villarroel
Nunca se había visto en política alguna
en Venezuela tanta manía agravada o trastorno mental, consistente en una
elevación anómala del estado anímico en los seguidores del socialismo Castro
Chávez, incluso tanta alevosía en primer grado en contra de la patria inducida
por una fanaticada confusa, bélica y paranoica inducida durante años a la
defensa diaria de un único humano, anclada en la paupérrima humanidad de:
Nicolás Maduro Moros, cuyo objetivo y meta ha sido la destrucción constante de todos
los venezolanos, incluyendo a sus seguidores.
Aplausos y vítores son aclamados cada vez
que el colombiano grita, chilla, firma y ordena sus pensamientos desordenados y
confusos, nada bueno avecina con sus palabras tormentosas, cada vez que abre la
boca es para desacreditar, ofender, herir, vejar y “continuar en la rutina de más
de lo mismo” construyendo el cada día de una catástrofe que parece no tener un
final, su objetivo profundo es invocar a la destrucción inmediata de la
oposición y su meta fija es el exterminio de la misma. Actual y bajo un
desastroso socialismo ficticio generador de la violencia y el caos, no existe
mecanismo o paradigma que resuelva los distintos problemas que aquejan al venezolano,
la mente de Nicolás Maduro en ebullición ensoberbecida y rebelde solamente
hierve para cocinar el dolor y la tristeza, el hambre, las penurias y la
muerte. Maduro es una máquina que no para de ejecutar una guerra mortal
conducente a la destrucción de la riqueza socio cultural, histórica y
productiva de los venezolanos.
El Presidente incesante es inmolado y
endiosado a su más alto nivel por los militares, ministeriales, judiciales, comunicacionales
absorbidos por el sistema y demás poderes civiles y seguidores, en las secuelas
noticieras, actos públicos y otros todos afirman que la lucha cotidiana de la revolución
es por la defensa de NMM. Se lee, escucha y observa en diferentes voces, tonos
y colores que el aludido es un todo para todos, el Dios mismo impuesto por el
fallecido HRC, con Maduro todo sin Maduro nada y lo más extraño es que lo
aplauden a rabiar aun así el individuo exclame y grite todo tipo de inmoralidades,
injurias, desfachateces, trivialidades y órdenes expresas crueles y criminales.
Se ve a lenguas que lo más importante en este momento para chavistas y
maduristas y mucho más superior que alimentarse o beber agua es mantener a Maduro
en el poder, sabiendo que si cae Maduro caerán muchos detrás de sus pisadas y
que el legado político de Hugo Chávez frías llegara a su fin, es lo que temen,
la desaparición inexorable de una gran mentira socialista imposible de mantener
hoy bajo el cruel gobierno del Colombiano.
La frase usual “Todo por Maduro”,
pareciera un sufragio surgido de la maldad más profusa y endurecida por
corazones inmersos en la perversión más aberrada e impura, un sacrifico al mal más
absoluto, un holocausto al mismo infierno de la miseria, respaldando un hecho
indescriptible, ininteligible y horrible.
Los seguidores de Maduro, alejados de
Dios adoran y aman hasta la saciedad el producto de otro producto, entes
comunistas rebelados en contra de la constitución y de la sociedad que han de
proteger y amar para su bien. Todos los seguidores, sin excepción, sus hijos,
familia y amigos, están sumergidos en la hipotética situación que crean
alrededor del nefasto personaje que gobierna con puño de hierro destructivo, toda
esa muchedumbre enferma psicológicamente están perdidos, hundidos hasta el
cuello defendiendo a un hombre que no está en su sano juicio y que amenaza con
llevarlos a una guerra peligrosa en contra de sus hermanos de patria e insertándoles
a su extinción moral, los seguidores del Madurismo se están convirtiendo en
bestias sangrientas, desesperadas, odiosas, furiosas, sin motivo aparente a la
vida y amantes del mal antes que del bien.
Esta gente seguidora fiel por la defensa
de Maduro y su legado fracasado político, están muertas del alma y su corazón es
un hervidero de furia continua que gira alrededor del fogón, son la leña que
alimenta el fuego, maduristas y maduro se queman paulatinos, cuando todo esto pase,
incinerados por el fragor de su Dios terrenal, solamente quedarán cenizas de un
mal recuerdo que pasará y terminará como todo mal en esta tierra bolivariana.
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