Testimoniales
Basado en un hecho actual de la
vida real
LA CAIDA DE UNA FLOR
Durante cinco años de retorno a mi pueblo he visto dolorosamente como
se ha derrumbado una hermosa flor cuya fulguraba llena de vida.
Cuando regresé a mi pueblo en el 2012 estaba comenzando el
renacimiento chavista a través del
Gobierno madurista y esa flor a la que me refiero era atractiva,
elegante, se pavoneaba, era bien mona y su cara se podía notar la felicidad y
mucha alegría.
Al paso de los años y al recrudecerse la COSA revolucionaria la dama
en referencia fue cambiando paulatinamente, día a día y mientras se
incrementaba la crisis venezolana la he visto resollar agónica, en manera
inapropiada, a causa de la crisis política se fue adelgazando y perdiendo las
esperanzas, su cuerpo se fue vaciando hasta quedar en las tiras de los cueros,
se fue alojando en puro pellejo y sus carnes antes lozanas y sabrosas, pasaron
a ser una masa sin forma, las ropas le fueron quedando grande y sus pomposas
nalgas se apelmazaron con vergüenza.
En cinco años envejeció diez veces, se puso marchita y fea, su rostro
demudó en una muesca de amargura y cadavérico dejó rastros de una triste
historia de penurias, hambre y desesperanza.
Hace días atrás se echo a morir, ya no encontraba consuelo en su
dolor, no localizaba sus medicamentos para mantenerse lucida y sin alimentos
adecuados en su deshojado cuerpo pensó morir, descansar de la pesadilla que
ella misma había aupado y aplaudido durante más de 15 años.
Reciente la vi salir de nuevo a mi calle desierta, alguien la consoló
y volvió a resucitar, no me imagino
cuales métodos usaron para su restablecimiento, su apariencia se ve un poco
distinta, pero sigue arrastrando los pies, es un fantasma que deja el
experimento de la teoría de Lenin Marx, impulsada aun en estos tiempos modernos
por el castrismo en Venezuela, la interfaz del proletariado ha quedado en
teoría, en la práctica ha dejado detrás de sus huellas una inmensa ola de
muerte, hambre y miseria.
Y regresando a la flor marchita, lamentable ella es Chavista y
madurista a la vez, lo malo es su estado de decadencia social, todavía cree en
la revolución, sigue viviendo y muriendo pero defiende a quien la asesina una,
dos y tres veces.
No hace mucho y reciente el 20M salió a votar nuevamente por quien la aísla
y la hace sufrir, le prometieron darle 10 millones y decidida fue a colocar el
casco en el capta cascos. Cuál fue su sorpresa, al otro día salio hambrienta y soñando fue a retirar
el banco el bono de la libertad estaba sin fondo. Así están todos los chavistas viviendo de ilusión
en ilusión y dándoles arenque con cazabe casi a diario a sus hijos, mientras el
susodicho hijo de Chávez, el tal Nico, se harta de buena leche y de sabrosa carne.
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